Un Cambio Trascendental en el Diagnóstico de la Endometriosis
Quisiera hacer de estas líneas algo más que escribir sobre los síntomas de la Endometriosis. Si has llegado hasta aquí es probable que ya sepas que su abanderado es el dolor menstrual, que muchas veces puede ser incapacitante. Una enfermedad que aunque data de muchos años atrás, poco se hablaba de ella.
Dra. Yuddy
“Hoy día la Sororidad y la Endometriosis une a muchas mujeres con esta condición para alzar sus voces y decirle al mundo que dejemos de subestimarla, ella hace más daño de lo que se cree”
La normalización del dolor menstrual ha sido el primer enemigo, la primera en perjudicar a la población femenina, dándole así luz verde a la endometriosis para avanzar. Pero también ha tomado por sorpresa a muchas mujeres, que no saben de dolor menstrual. A ellas les ha tocado enterarse junto con el amargo sabor de la infertilidad.
Las mujeres que llevan lucen fenotípicamente normales. No pensaría que se tratara de la endometriosis si ellas no relataran sus historias. No muestra signos de enfermedad, despistando toda sospecha diagnóstica.
Las que lo sufren, muestran sus facies de dolor y desesperación al menos una vez al mes. Puede abordar a cualquiera de nosotras, sin distinguir raza ni color; sin respetar edades, ni condición social. Puede llegar a ser imperceptible.
Su comportamiento puede ser errática e impredecible, en ocasiones rebelde y reacia a los fármacos que la medicina convencional nos ofrece.
Y en estos tiempos modernos en los que ya existen los retrovirales para tratar el VIH y la gente ya no muere de SIDA… en estos tiempos en la que nos acercamos más a la cura contra el cáncer, vemos y sentimos que los avances con la endometriosis han sido más lentos.
En mis tiempos de vida universitaria, no llegué a conocer la endometriosis fuera de los libros. Sólo se hablaba de su diagnóstico por laparoscopia, procedimiento al que no teníamos acceso como estudiantes de medicina. Y ante la mirada de la ecografía solo era posible ver la que se presentaba en los ovarios en forma de tumor. Los minúsculos focos que antojosamente se implantaban en la pelvis, solo era posible mirarlos a través del lente del laparoscopio o inesperadamente eran vistos en una cirugía de abdomen abierto.
Hoy hemos pasado a la era del “diagnóstico por imágenes” y esto es trascendental.
Hoy día, la ecografía transvaginal y transperineal, e inclusive la resonancia magnética son grandes herramientas en el diagnóstico.
No… no son técnicas nuevas, pero si hay expertos más expertos, que han adaptado su visión a la búsqueda e identificación de las lesiones a través de estas imágenes en sus diferentes tonos de grises
“Esto, a mi juicio, es trascendental. Un gran avance en el diagnóstico de la endometriosis”
Es tan importante que se considera inaceptable hacer una laparoscopia sólo para diagnosticarla, sin antes evaluar las imágenes que revelarán la ubicación de los focos de endometriosis que pueden ocultarse en áreas profundas de la pelvis u órganos vecinos al útero.
La endometriosis puede presentarse diferente a su clásica presentación ovárica. También existe la endometriosis superficial, en la que los implantes endometriosicos se alojan en cualquier superficie de la pelvis, con predilección por las trompas uterinas, causando adherencias entre ellas y en los ligamentos que sostienen el útero en su parte posterior (que con frecuencia es causa de dolor durante el acto sexual) y la profunda cuando involucra el espesor de algunos tejidos como el recto sigmoides o la vejiga.
Y esto es lo trascendental, ya no se hace la laparoscopia “para mirar qué hay o dónde están los focos de endometriosis”. Primero se localiza su ubicación mediante imágenes y se planifica la cirugía para su extirpación.
La endometriosis resuena por todas partes. Afortunadamente, la sororidad prevalece entre quienes la padecen y juntas han hecho eco para alzar sus voces y ser escuchadas. Aunque hoy día aún estamos a pequeños pasos para erradicarla, muchos esfuerzos se han hecho para avanzar en un mejor diagnóstico y tratamiento de la enfermedad.
Los escenarios han cambiado, aunque la endometriosis siga siendo la misma.
